La salud visual va mucho más allá de ver bien. Existen enfermedades oculares que pueden avanzar sin causar síntomas evidentes hasta que el daño ya es irreversible. Por eso, las revisiones periódicas son fundamentales, y una de las pruebas más útiles y precisas en este sentido es la retinografía. Esta técnica permite observar en detalle el estado de la retina y detectar problemas antes de que afecten a la visión.
¿Qué es una retinografía?
La retinografía es una prueba diagnóstica que obtiene una imagen de alta resolución del fondo de ojo, concretamente de la retina, el nervio óptico y los vasos sanguíneos. Se realiza mediante una cámara especial llamada retinógrafo, sin necesidad de tocar el ojo, y de forma completamente indolora y rápida.
Esta prueba resulta esencial para detectar alteraciones oculares tempranas que pueden pasar desapercibidas durante mucho tiempo. Gracias a la retinografía, los especialistas pueden comparar imágenes a lo largo del tiempo y observar si existen cambios que indiquen la evolución de una enfermedad ocular.
¿Para qué sirve una retinografía?
La retinografía es una herramienta muy valiosa en la prevención y seguimiento de múltiples patologías oculares. Permite detectar:
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Retinopatía diabética: daño en los vasos sanguíneos de la retina causado por la diabetes.
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Degeneración macular asociada a la edad (DMAE): una enfermedad frecuente en personas mayores que puede afectar la visión central.
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Glaucoma: al mostrar el nervio óptico, ayuda a valorar posibles signos de daño.
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Hipertensión ocular o arterial: los cambios vasculares en la retina pueden ser un indicador de problemas de presión.
Además, la retinografía también se utiliza como método de control en pacientes que ya padecen alguna enfermedad ocular, para valorar si el tratamiento está funcionando correctamente o si se necesita un ajuste.
Ventajas de la retinografía
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Prueba rápida y no invasiva: se realiza en pocos minutos, sin contacto directo con el ojo.
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Prevención temprana: permite identificar problemas oculares antes de que aparezcan síntomas.
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Seguimiento eficaz: las imágenes obtenidas pueden compararse en revisiones posteriores para detectar cualquier cambio.
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Complemento perfecto en revisiones visuales completas: se suele realizar junto a otras pruebas para ofrecer una visión global del estado ocular.
¿Cada cuánto conviene hacerse una retinografía?
La frecuencia depende de la edad, el historial médico y las condiciones oculares de cada persona. En general, se recomienda realizar una retinografía cada uno o dos años, especialmente si se tienen factores de riesgo como diabetes, hipertensión, antecedentes familiares de glaucoma o si ya se utilizan gafas progresivas o lentes de contacto.
Retinografía en Centro Óptico La Almunia
En Centro Óptico La Almunia disponemos de tecnología avanzada para realizar la retinografía de forma rápida, segura y precisa. Nuestro equipo de profesionales analiza las imágenes obtenidas para ofrecerte un diagnóstico visual completo y personalizado.
Realizar una retinografía regularmente no solo ayuda a prevenir enfermedades oculares graves, sino que también es una inversión en tu bienestar y calidad de vida. Si hace tiempo que no revisas la salud de tu retina, este es el momento perfecto para hacerlo.
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